viernes, 25 de octubre de 2013

El espíritu emprendedor

Este impulso a ser emprendedor es asociado con una persona que mantiene una alta confianza en sí mismo, de su capacidad para movilizar recursos, de apostar sobre sus ideas y transformarlas en una realidad.

                La palabra emprendedor proviene del latín “imprendere” , que significa “tomar la decisión de realizar una tarea difícil y laboriosa” “poner en ejecución”.  Tiene el mismo significado que la palabra francesa “entrepreneur”, que dio origen a la palabra inglesa “entrepreneurship”, la cual se utiliza para designar el comportamiento del emprendedor y se traduce por la expresión “espíritu emprendedor”.[1]

         Si bien es cierto que la figura de un emprendedor con respecto a su protagonismo en el mundo de los negocios, está en su actitud frente a la determinación de crear una empresa.  En este sentido, según Andy Freire (2005, Pág. 171), quién actúe como protagonista tendrá éxito cuando logre responder superando el desafío del contexto, y fracasará cuando su capacidad de respuesta sea inferior al nivel de ese desafío.  La diferencia sutil estará en dónde pone su eje de acción: en el contexto que no puede controlar o en su capacidad para enfrentarlo.  Lo que diferencia al exitoso del fracasado es la actitud con la que decide llevar adelante su vida.

         Lo sobresaliente en el desafío que enfrenta un emprendedor está en correr el riesgo de fracasar ante una acción en la cual está dispuesto a sacrificarse y en asumir un compromiso incondicional. Alberto Aguelo (2010), señala algunas características que todo emprendedor debe tener, entre ellas tenemos:
  • ·     Energía para poder enfrentar las dificultades del comienzo y superarlas.
  • ·         Atreverse a enfrentar riesgos.
  • ·         Convicción en el propio proyecto como rumbo de vida profesional.
  • ·         Decisión de dedicar al proyecto su tiempo, esfuerzo y recursos.
  • ·         Disfrutar de los desafíos y no dejarse vencer en momentos de crisis.
  • ·         Aceptar el fracaso como camino hacia el éxito.
  • ·     Capacidad para relacionarse y saber crear un clima de armonía con sus compañeros de trabajo, sus proveedores, sus clientes...
  • ·         Ser hábil comunicador para expresar sus ideas con claridad y concreción.
  • ·         Atesorar cualidades como ser creativo e innovador, tener iniciativa, ser independiente, pero capaz de encontrar apoyos, ser valiente pero calculando el riesgo, afrontar los retos de manera positiva, ser persistente y resistente al fracaso, estar bien informado y no negarse a acudir a expertos.




[1] Amaru Maximiano, Antonio Cesar (2008). Administración para emprendedores:  Fundamentos para la creación y gestión de nuevos negocios.  México. Pág. 1

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